sábado, 10 de enero de 2009

INTRODUCCIÓN

La palabra "evangelio" viene de una voz griega que significa buenas noticias. Ya en el Antiguo Testamento encontramos la expresión "dar buenas noticias", que en la versión griega (LXX) se traduce con unverbo emparentado con evangelio. Precisamente unos de estos textos, se cita en el Evangelio según San Lucas. En Lc. 4:18-19 se dice que Jesús, en la sinagoga de Nazaret, al comienzo de su actividad pública, lee este texto del profeta Isaías: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado para llevar la buena noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar libertad a los presos y dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a anunciar el año favorable del Señor (cf. Is.61:1-2a). Y luego Jesús dice a sus oyentes: "Hoy mismo se ha cumplido la Escritura que ustedes acaban de oir". (La misma expresión se usa en la forma griega de Is 40:9; 52:7; 60:6). Probablemente, Jesús mismo usó la palabra aramea correspondiente para referirse al mensaje de salvación que él predicó. Ese mensaje iba especialmente dirigido, como afirma el texto de Isaías, a los pobres, los enfermos, los oprimidos, los necesitados del perdón de Dios (cf., por ejemplo, Mr. 1:15).

Cuando, después de la muerte y resurrección de Jesús, los apóstoles y sus discípulos empezaron a anunciar, en primer lugar a los judíos y luego a los no judíos, la buena noticia de la salvación que Dios les ofrecía por medio de Jesús, el Mesías, el Hijo de Dios, fácilmente encontraron que el término "evangelio" era el más adecuado para designar ese mensaje: era la buena noticia por excelencia. Pablo usaba con frecuencia este término para referirse al mensaje que él predicaba a los no judíos (cf., por ejemplo, Ro. 1:1,9,16; 1 Co. 15:1). Marcos también usa esta palabra al comienzo de su libro (Mr. 1:1).